Recuerda que

Recuerda que
Hago memoria de ti

martes, 30 de septiembre de 2008

Aprender a vivir a pesar de las espinas


APRENDI A VIVIR A PESAR DE LAS ESPINAS

Aprendí a mirar las estrellas, alumbrando los sueños con ellas.A mirar los colores del viento y a sentir el sabor del silencio.Aprendí a encender ilusiones y a escuchar hablar los corazones, con palabras calladas, con matices de mil sensaciones.
Cuando un día, el dolor tomó mi mano, conocí de frente a la tristeza. La pena y el llanto se marcharon, al sentir el amor y su grandeza.Comprendí, el sentido de la vida, viviendo el amor y la desdicha, sintiendo la alegría y la tristeza, conociendo lo breve de la vida.
Aprendí el valor de la paciencia, a calmar los vientos de mi ira, a llenar con mares de esperanza las zonas más oscuras de mi vida.Es así, que aprendí a vivir.
Por todo ello… aprende a vivir sin espinas.
¡No empieces el día de hoy, con las espinas de ayer!
El día de ayer y todos los días y años anteriores han pasado ya, están enterrados en el Tiempo. Y no puedes cambiar ya nada en ellos. ¿Te han quedado espinas?¡No las traigas arrastrando!Porque seguirán pinchándote cada día hasta no dejarte vivir.
Hay heridas de espinas que puedes curar si sabes perdonar de veras.
Pero hay heridas que no podrás curar con todo el amor de este mundo, sino con el verdadero amor de Dios, que es el unico que permite que sane tu corazon para perdonar con sinceridad.¡Pues, olvídate de que existen!
¡Quita el cristal de aumento, que pones encima de tus desdichas!De cada espina que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas, hemos podido tener la capacidad, de tener experiencia, y luego mas adelante poder tomar mejores disiciones…
Autor:Desconocido

sábado, 28 de julio de 2007

La Isla de los sentimientos.




Había una vez una isla, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre:
El buen humor, la tristeza, la sabiduría, como otros sentimientos más y hasta el Amor.

Un día, se anunciò a los sentimientos, que la isla estaba por hundirse, todos prepararon sus barcos y partieron; únicamente el amor quedo esperando solo hasta el ultimo momento.


Cuando la isla estuvo por hundirse, el amor decidió pedir ayuda, la Riqueza pasò cerca del amor en una barca lujosísima y el amor dijo: “Riqueza ¿Me puedes llevar contigo?,
no puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar par ti, respondió la Riqueza.


Entonces el amor decidió pedirle ayuda al orgullo que estaba pasando en una magnifica barca, “Orgullo te ruego. ¿Puedes llevarme contigo?”, no puedo llevarte Amor, respondió el orgullo, aquí todo es perfecto y podrías arruinar mi barca.

El amor dijo a la tristeza que se estaba acercando: “Tristeza te lo pido, déjame ir contigo”. Oh Amor! respondió la tristeza, estoy tan triste que necesito estar sola.


Luego el buen humor pasó frente al amor, pero estaba tan contento que no escucho que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo:
“ven amor, te llevo conmigo”, era un viejo que lo había llamado, el Amor se sintió tan contento y lleno de gozo que olvido preguntarle el nombre al viejo.


Cuando llegaron a tierra firme, el viejo se fue, el amor se dio cuenta de cuanto le debía y pregunto al saber: Saber, ¿Puedes decirme quien me ayudo?, ha sido el tiempo, respondió el saber. ¿El tiempo? se pregunto de nuevo el amor, ¿Por qué será que e tiempo me ha ayudado?
El saber lleno de sabiduría respondió: porque solo Dios y el tiempo es capaz de comprender cuan importante es el amor en la vida.


“Cada minuto que pasa es único y precioso, aprovéchalo, porque no volverá jamás."

Por: Chedimar Figuera



sábado, 7 de julio de 2007

Los veinte "SI PUEDO"

LOS VEINTE SI PUEDO
Alguien ha dicho que el éxito viene con el “sí puedo”, y el fracaso con el
“no puedo”. Creer que uno sí puede tener éxito en el crecimiento y la
madurez cristiana no requiere de más esfuerzo que creer que uno no puede
tener éxito. Así que, por qué no creer que sí puede caminar por fe en el
Espíritu, que sí puede resistir las tentaciones del mundo, de la carne y del
diablo, y que sí puede alcanzar la madurez como cristiano. La siguiente lista
tomada de la Palabra de Dios le sacará del lodo de los “no puedo” para
sentarlo con Cristo en los lugares celestiales:
1. ¿Por qué he de decir que no puedo cuando la Biblia dice que todo lo
puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13)?

2. ¿Por qué he de padecer necesidad cuando sé que Dios suplirá todas
mis necesidades de acuerdo a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús
(Filipenses 4:19)?


3. ¿Por qué he de tener miedo cuando la Biblia dice que Dios no me ha
dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio (2 Timoteo 12:7)?

4. ¿Por qué me ha de faltar fe para cumplir mi llamamiento, sabiendo
que Dios me ha asignado una medida de fe (Rom.12:3)?

5. ¿Por qué he de ser débil cuando la Biblia dice que el :Señor es la
fortaleza de mi vida y que yo me esforzaré y actuaré porque conozco
a Dios (Salmo 27:1; Dan.11:32)?

6. ¿Por qué he de permitir que Satanás tenga la supremacía en mi vida
cuando el que está en mí es más poderoso que el que está en el
mundo (1 Juan 4:4)?
7. ¿Por qué he de aceptar la derrota cuando la Biblia dice que Dios
siempre me guiará en la victoria (2 Corintios 2:14)?
8. ¿Por qué he de estar falto de sabiduría cuando Cristo es mí sabiduría
de Dios y Dios me da sabiduría en abundancia cuando se la pido
(1Cor.1:30; Stgo.1:5)?
9. ¿Por qué he de estar deprimido cuando puedo recordar el amor, la
bondad y la fidelidad de Dios y puedo tener esperanza
(Lamentaciones 3:21-23)?

10. ¿Por qué he de estar preocupado y ansioso cuando puedo echar toda
mi ansiedad sobre Cristo que cuida de mí (1 Ped. 5:7)?

11. ¿Por qué he de estar atado sabiendo que hay libertad donde está el
Espíritu del Señor (Gálatas 5:1)?

12. ¿Por qué me he de sentir condenado cuando la Biblia dice que no
estoy condenado porque estoy en Cristo (Romanos 8:1)?

13. ¿Por qué he de sentirme solo cuando Jesús dijo que está siempre
conmigo y que nunca me dejará ni me abandonará (Mateo 28:20;
Hebreos 13:5)?

14. ¿Por qué he de sentirme maldito o que soy víctima de la mala suerte
cuando la Biblia dice que Cristo me redimió de la maldición de la ley
para que pueda recibir Su Espíritu (Gálatas 3:13-14)?

15. ¿Por qué he de estar descontento, cuando, así como Pablo, puedo
aprender a estar contento en cualquier circunstancia (Filipenses 4:11)?

16. ¿Por qué he de sentir que no tengo valor cuando Cristo se hizo
pecado por mi beneficio para que yo pudiera ser hecho justicia de Dios
en El
(2 Cor.5:21)?

17. ¿Por qué he de tener un complejo de persecución sabiendo que nadie
puede estar en contra de mí cuando Dios está a mi favor (Romanos
8:31)?

18. ¿Por qué he de estar confundido cuando Dios es el autor de paz y El
me da conocimiento por medio de su Espíritu que mora en mí (1
Corintios 4:33; 2:12)?

19. ¿Por qué he de sentirme fracasado cuando soy vencedor en todo por
medio de Cristo (Romanos 8:37)?

20. ¿Por qué he de permitir que las presiones de la vida me molesten
cuando puedo tener valor al saber que Jesús ha vencido el mundo y
sus tribulaciones (Juan 16:33)?
Tomado de Victoria Sobre La Oscuridad, por Neil T. Anderson p.96-99

REPORTANDOSE

“REPORTANDOSE”


Una vez un Sacerdote estaba dando un recorrido por la Iglesia al mediodía… al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quién había venido a orar. En ese momento se abrió la puerta; el sacerdote frunció el entrecejo al ver a un hombre acercándose por el pasillo; el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar.

El hombre se arrodilló, inclinó la cabeza, luego se levantó y se fue. Durante los siguientes días el mismo hombre, siempre al mediodía, estaba en la Iglesia cargando una maleta… se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir.


El Sacerdote un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la Iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó:

“¿Qué haces aquí?”.

El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para el almuerzo y aprovechaba ese momento para orar.

“sólo me quedo unos instantes, sabe, porque la fábrica queda un poco lejos,

así que sólo me arrodillo y digo:

“Señor, solo vine nuevamente para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados… no sé muy bien orar, pero pienso en Ti todos los días…

así que Jesús, este es Jim reportándose”.


El Sacerdote sintiéndose un tonto, le dijo a Jim que estaba bien y que era bienvenido a la Iglesia cuando quisiera.

El Sacerdote se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a JESÚS, mientras lágrimas corrían por sus mejillas; en su corazón repetía la plegaría de Jim:

“SÓLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE TE ENCONTRÉ A TRAVÉS DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS PECADOS… NO SÉ MUY BIEN COMO ORAR, PERO PIENSO EN TI TODOS LOS DÍAS… ASÍ QUE, JESÚS, SOY YO REPORTÁNDOME”.


Cierto dÍa el Sacerdote notó que el viejo Jim no había venido. Los días siguieron pasando sin que Jim volviese para orar. Continuaba ausente, por lo que el Sacerdote comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él; allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy preocupados por su estado, todavía creían que tenía oportunidad de sobrevivir.

La semana que Jim estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa.

La enfermera jefe no podia entender porqué Jim estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas.

El sacerdote se acercó al lecho de Jim con la enfermera y ésta le dijo, mientras Jim escuchaba:


“Ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a dónde recurrir”. Sorprendido el viejo Jim dijo con una sonrisa:

“La enfermera está equivocada…


Pero ella no puede saber que TODOS LOS DÍAS, desde que llegué aquí, a MEDIODÍA, UN QUERIDO AMIGO MÍO VIENE, SE SIENTA AQUÍ EN LA CAMA, ME AGARRA DE LAS MANOS, SE INCLINA SOBRE MI Y ME DICE: “SÓLO VINE PARA DECIRTE, JIM, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE ENCONTRÉ TU AMISTAD Y TE LIBERÉ DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTÓ OIR TUS ORACIONES, PIENSO EN TI CADA DÍA… ASÍ QUE JIM, ESTE ES JESÚS REPORTÁNDOSE”.

Ahora, cada día, no podemos perder la oportunidad de decirle a Jesús: Aquí estoy REPORTÁNDOME…